Que estamos en un momento malo, es algo que sabemos todas. Pero, por qué no reaccionamos en lo cercano en la creación de redes de solidaridad y sobre todo de trabajo dirigido a salir de esto. Cuando nuestras amas formaron sus familias, se encontraron en sitios que no conocian y gestionaron ayuda para las demás y para ellas mismas. No recordaís, como sólo una vecina tenía telefóno pero el resto recibia y realizaba llamadas. Esto no es un episodio de Cuentame, esto se puede traer ahora, ahí estan los bancos del tiempo, en algunos municipios ayudados por movimientos vecinales, es más la iniciativa ha servido para reactivar al movimiento vecinal.
En nuestros barrios, podemos activar el movimiento vecinal, no porque venga un miembro de tal o cual organización, sino porque podemos a través de asociaciones de madres y padres, atraer a nuevas vecinas que no tienen red en el barrio. Esto nos puede ayudar a vivir y sobre todo a actuar en cada una de nuestras acciones cotidianas con un sentido de la solidaridad que hace falta, ahora y siempre.
No creamos que palabras como solidaridad y justicia social, son parte de discursos vacios. Llenemos de contenido estas palabras para poder trabajar con resultados, así los mercados, los políticos..., verán que existimos y lo que es más importante, que actuamos. Yo estoy dispuesta.