Ayer sábado 5 de febrero mi hijo fue por primera vez al cine. El efecto de curación que me produjo, su cara de asombro, era superior a la magia del pelo de Rapunzel. Los problemas, los miedos a un futuro proximo, las preocupaciones de cualquier signo fueron borradas con una goma mágica, la luz que salía de sus ojos y lo imposible que le era hablar, sólo miraba la pantalla con la atención de alguien que de repente está en un mundo mágico.
Hay opiniones que dicen "que pena va creciendo", creo que cada nomento tiene su magia. Ayer fue el descubrimiento de mi hijo del cine, un nuevo regalo que hace a su amatxu.
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