Vengo de la reunión del segundo trimestre con la andereño de mi hijo, y me dice que es buena persona, que tiene una emotividad fantástica y que le gusta el ritmo. Y además que está orgulloso de su origen y que gestiona que sus amigos y amigas sean también de más amigos y amigas.
Y yo? soy feliz; pero esa felicidad que te hace difícil contener las lagrimas, de esa felicidad que echas de menos cuando estás triste y deprimida, de esa felicidad que habría que envasar, para cuando tengamos que explicar si la felicidad existe. Uff, mucho, mi regalazo, es mucho, es mucho; se que hay muchas cosas que la vida no me ha puesto en el camino: un novio, un montón de dinero, un trabajo que me realice como persona... y otro montón que provablemente no tenga nunca. Pero tengo un hijo que es todo eso elevado al infinito y más alla. Estoy tocada por la suerte, cada mañana me abraza, me da besos, aunque hay que pedirlos, y me busca para tener seguridad, a mi!! que soy un saquito de pequeños fracasos. Ahora en el paro, en la mediana edad, que no sé si es la cuerda floja, y.. mucho más.
Pero mi hijo es buena persona!!!!!
P.D.: todo lo que no tengo, todavía tengo hasta los cien para conseguirlo.
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