Hoy, víspera de fiestas navideñas, nos levantamos con la foto, del discurso navideño de la caridad, entendida y consentida, por quienes, gobiernan el país y la empresa, acompañados por quienes defienden y luchan por los derechos de las trabajadoras y trabajadores. Creo que el vídeo de esta película, lo explica mejor que cualquier palabra. La prestación de desempleo, cuando vas al desempleo, esta ayuda a parados y paradas de larga duración; términos cargados de hipocresía e indiferencia, ante la situación de no poder comprar los alimentos básicos. Además tienes que tener cargas familiares, un aita, un hijo, no son cargas familiares, son quienes han generado riqueza y quienes la generaran, no son cargas, son seres humanos, iguales que los que viven en soledad, en el paro, sin poder encender la calefacción, sin poder salir a la calle, salvo a pasear, y siempre que tengas un abrigo.
Hablan los medios de comunicación, como si fuese algo tolerable, que a los bancos de alimentos se ceda comida preparada por la miseria energética en la que viven las familias. Y como en Placido, se sienten en una sociedad normalizada; comiendo cuando los demás tienen un tarro que no pueden ni calentar.
Esta sociedad no huele a mazapán y turrón, huele a mierda y a la basura que emanan gentes que permiten y lo hacen en nombre de los trabajadores y trabajadoras en situación límite de este país. Firman la perpetuidad de la caridad de la clase trabajadora en beneficio de los que mandan.
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