martes, febrero 03, 2015

Anclada

Estoy en un momento de mi vida, que cuando me preguntan que tal ayer, que tal el domingo, que tal hoy, incluso que tal mañana, suelo contestar "en el día de la marmota". Cuando era pequeña, sólo confiaba en algunas de las personas que veía todos los días, y que además, tenía la idea, de que sus vidas, giraban con la mía y a la inversa. Con los años, personas imprescindibles en mi vida, en una época, han renegado de mi, bueno, a saber lo que yo he fallado, otras están lejos físicamente; bueno a mi ritmo actual, esta lejos el que vive en Sarriko.
En esta actividad frenética, subo y bajo la misma cuesta, por un lado o por otro del edificio, mi viaje internacional consiste en ver distintos carteles de calles. Mi anclaje, a una situación económica penosa, a un ritmo de trabajo, continuado en el tiempo y en la forma; solo alterado por peor tiempo atmosférico, que ayer, pero mejor que mañana. Bueno que la distancia física, quiera o no, genera un agujero de distancia intelectual y de comprensión, que  no afectiva, ante la marcha de la vida, de personas que en otros tiempos, sabía, que tenía que verlas en dos días, que condicionaba y gestionaba mi vida, para pasar un rato con ellas.
Ahora, mi vida es mi hijo y la supervivencia de los dos. Añado adornos, vivo intensamente, compartiendo día tras día, con las personas que tienen mi misma forma de vida, y la cercanía física, indiscutible.
Sin más, que todos han sido parte de mi vida en su momento, no reniego de ningún momento, de ninguno. Que mi anclaje, no sirva para: " Qué te pasa?? están como el tiempo?.
Estas escrituras, me sirven para desentumecer, para sacar lo que algunas mañana al levantar, y pensar en lo visto y oído, me rueda por la cabeza. Desde puerto, con el ancla atada y bien atada, BUENA VIDA, a casi todos.

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