sábado, agosto 13, 2011

Perdón, de quién y a quién?

El poder más rancio de la iglesia católica, va a levantar la excomunión a las mujeres que muestren arrepentimiento real por haber realizado un aborto. Hay que arrepentirse de haber logrado derechos, hay que arrepentirse de que como en otros lugares del mundo el aborto es impensable, los niños y las niñas se esten muriendo de hambre, hay que arrepentirse de que mujeres con riesgo de exclusión social, tengan la remota posibilidad de tener a sus hijos y sus hijas cuando su situación social y econónmica se lo perdmita, hay que arrepentirse de que las mujeres violadas puedan decir que no a una situación añadida de embarazo, en resumen hay que arrepentirse de que las mujeres después de siglos de lucha hayan conseguido derechos, que no son reales ni aplicables en condiciones de absoluta normailidad.
Tener un hijo o una hija, es, señor Rouco Varela, un regalazo en la vida de una mujer, siempre que esa mujer quiera ser madre, una o varias veces, pero no es una decisión que hay que dejar a la biología, y mucho menos a la mano que mece la cuna desde poderes fácticos que sólo se dedican a aniquilar la capacidad de pensar y tomar decisiones de las personas ajenas a la iglesia católica y tamibén de los fieles que de verdad trabajan por un mundo más justo, en este último grupo, me resulta difícil incluirle a usted y a los que le acompañan.