viernes, diciembre 10, 2010

Navidad 2010


Ya ha vuelto la navidad, o por lo menos está en ello, y con esta creo que llevo 47 pero no todas con sentido común, bueno presumo que alguna habré vivido con ese sentido. Pero si es verdad, tengo que hacer una declaración de principios, me gusta la navidad, también me estresa pero sin embargo es como los amigos y la familia, dos colectivos muy recurridos y recurrentes en estas fechas, los quieres y a veces... no puedes con ellos. Como casi todo el mundo hay un momento en estos días que brindo por los ausentes, que navidades recuerdo!!! cenando con mi padre y mi ama en la cocina con mi hermana, mi padre nos ponía una manta en los azulejos para la espalda. Le regalaban lo que entonces, más que por cestas, se conocía por paquetes de navidad y los abria en la mesa, elegiamos, además de la comida de ama, lo que queriamos de los paquetes. Se repetia la operación en fin de año, hasta que llegó mi cuñado no hubo petardos, pero si esa noche era la que más rondaban los ausentes por la mesa y sigue siendo así. El día de fin de año los hijos de los 8 vecinos subiamos y bajabamos piso por piso, después de la cena. De aquellos ocho matrimonios que hace unos 50 años vinieron, sobreviven 4 personas en esta navidad de 2010. Y que decir de la madrugada del 5 de enero, en mi casa no se esperaba a la mañana del 6, cuando los magos de oriente habían dejado los regalos y se habían calentado con su copita y su turrón, mis padres nos levantaban, podían ser las cuatro, las tres, y en ese sueño interrumpido, aparecía, Kiko el muñeco de Famosa que andaba, un piano rojo y otro igual para mi hermana, y siempre cuentos; con todo lo que los brazos podían atrapar, volviamos a la cama, hasta que a la mañana siguiente, Pili y Marilu, llamaban al timbre para compartir la sorpresa de lo recibido. Este año es el tercero, mejor el cuarto que comparto las navidades con mi hijo, y como siempre con mi hermana y como casí desde siempre con mi cuñado y por supuesto con mis niñas del alma y con los padres de mi cuñado, unas navidades familiares, en las que llamas o te llaman los amigos de hace mucho tiempo y mucho espacio, en las que comes más de lo que debes, en las que gastas y luego dices que el año que viene no. Pero yo sigo pensando: que el Olentzero dejara algo para mi hijo y para mis sobrinas, que pescado poner en el horno, que algo de cava hay que tener, que no se si poner el nacimiento pequeño o arriesgarme con mi hijo con el grande, que me quedo con ganas de poner también árbol, que mi hermana ya tiene el cordero. En fin, que se harán más presentes los ausentes, que seguiremos brindando por estar el año que viene los mismos, que mi hijo y mis sobrinas siguen haciendo años y navidades, y que yo lo veo con la esperanza de que tengan recuerdos, si cabe, mejores que los míos. Zorionak, Feliz Navidad!!!

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